domingo, 9 de junio de 2013

Los verbos ser y estar, y la mentira (segunda versión)


Vuelvo al tema génesis de este blog, de esta serie de escritos. La sutil ventaja del espanol por sobre algunos idiomas en los cuales los verbos ser y estar se encuentran sintetizados en uno solo. Me refiero específicamente al alemán, lengua que preciso utilizar a diario*.
Y lo que me lleva a escribir nuevamente sobre esta diferencia, es la mentira, la mentira como objeto. Ella y su valor de verdad, qué tan consecuente con la realidad es, dependiendo del verbo que la abrace.
Quiero decir que la existencia de la mentira depende netamente de la instancia sobre la que esta pareciera suceder, sobre el verbo ser, o sobre el verbo estar.
Algunos ejemplos:
Una persona que mide 1,70m le dice a otra de 1,90m: “yo soy más alto que vos”. El que la persona mas baja declare lo anterior (de haber esta persona hablado en forma literal y no figurativa), no se condice con la realidad, y no varía o afecta a la realidad, ésta seguira sugiriendo que A es más bajo que B. La condición del mentiroso será siempre la mísma. Estamos en presencia de una mentira, algo falso en un contexto real.
Ahora bien, un segundo ejemplo: Una persona le dice a otra: “Te amo”. Será esto cierto?.
Si quien confiesa expresa la negativa de lo antes dicho dos meses despues, es esta persona un mentiroso?, o mejor preguntado, ha mentido esta persona esa vez cuando manifesto su amor?.
La mera existencia de estas preguntas, nos habla de un cambio de marco. La especulación sobre la mentira ya no gira en torno a la condición de la persona, sino a su estado, que variará el resto de su vida, estado sobre el cual uno suele referisrse en espanol con el verbo estar: cómo estoy, cómo me siento (distinto del verbo estar refiriendose a la situación del sujeto).
Puedo aventurar una conclusión, que siempre será prematura, que dice: desde su idioma es que el latino detecta la mentira, la entiende, la comprende y concibe el cambio del estado de manera más fluida.
O bien la mentira es donde el verbo se hace carne, inamobible carne de nuestros huesos, de la realidad que golpéa y deja una marca, o es un comportamiento humano para lidiar con el despecho, con la culpa, los gritos del alma, los duelos, la muerte, el cambio básicamente. O será ninguna de estas su acepción, será la mentira primera este ensayo, que plagado de falsedades relata el destino de un juguete literario, la madre de la falsedad.
Puede que para los que provenimos de las raíces latinas, la mentíra no nos sea ajena, no por practicarla más o mejor! (eso no pareciera depender del idioma), sino por reconocerla en nuestra lengua, nuestro idioma, y en nuestra boca, su sabor, su dejo amargo sobre los verbos ser y estar.
Para explicarme mejor, voy a dividir la mentira en dos variedades: la mentira de estado, y la mentira de condición, esta segunda se fija en el ser, transformandolo a este en un mentiroso, mientras que la segunda es un malentendido, o una excusa, pero de cualquier manera esconde una verdad; la verdad del cambio.
Esta es la segunda versión del ensayo “Los verbos ser y estar, y la mentira”, porque al escribir la primer versión (en la computadora), debido a un problema técnico, el texto se borró, desapareció y tuve que escribirlo denuevo. Tal vez, en este caso, haya sido esto una ventaja.

*pequenísima aclaración: hay sí una poco utilizada forma de diferenciar el verbo ser del estar en alemán: ser = sein, y estar = da-sein, que sería estar ahí. Pero, aun así, la ascepción del estar que define el estado de una persona y no su posición, no tiene una clara diferenciación.