viernes, 3 de octubre de 2014

Las lecciones para el mundo

Argentina, los holdout, y Sartre hasta en la sopa. Aceptar la libertad del otro es el primer paso para librarnos de la desinformación:“Estamos sometidos a la mirada del otro”

“Las lecciones para el mundo” es el subtítulo que el periodista Thomas Fischermann utiliza para su artículo en el diario Zeit, de Alemania, haciendo alusión a la importante lección que las naciones endeudadas deberían aprender. Este artículo, que ocupa casi una página de la sección de política de este diario de gran tirada, se centra sobre, y describe, un desfigurado panorama de la situación del estado Argentino y los Holdouts (así se los nombra en este artículo a los Fondos Buitre).

Un débil oleaje llega a las costas teutonas. Cada tanto se lee en algún diario alemán de importante tirada, un artículo sobre economía y/o política, referido a la disputa entre el estado argentino y los fondos buitre (llamados, en estos artículos, holdouts). Estas esporádicas referencias suelen estar plagadas de agentes desinformantes.
Lo más importante en la compleja tarea de desinformación, es encontrar una linda tela para cubrir el tema a desinformar. Las falacias serían sólo el decorado de esta tela, son fáciles de encontrar, se las puede criticar y desestimar sin mayores problemas. Pero, cuando el desinformador es realmente astuto, pondrá al alcance del lector crítico todas las falsas pistas que sean necesarias, llenará su argumento de falsedades, para que el lector recorra el camino de la crítica (gustoso de poder hacerlo satisfactoriamente) y se desentienda del tema que realmente se esta encubriendo.
Fischermann teje en su artículo, una fina red condescendiente con el lector de turno. Si el lector ha tomado una posición al respecto (puede que ni le interese el tema), cualquiera sea su postura, el artículo se encarga de ensalzar su lectura. Para quienes defienden férreamente a quien “puso el dinero, y no se lo devuelven”, se refiere Fischerman a los fondos buitre como holdouts, habla de porcentajes, deudores e intereses; y omite, a su vez, la legalidad o ilegalidad de lo anteriormente enumerado, los orígenes de la deuda, la integridad de los intereses y de los interesados.
Por otra parte, si el lector ha tomado posición por el estado argentino, el periodista alemán tiene también una batería de elogios: se refiere al ministro de economía argentino como “el político más peligroso de América Latina” (en un claro tono positivo), construye argumentos a favor y en contra de las deudas externas (siendo ambos, los pro-argumentos y contra-argumentos, siempre a favor), y se apiada de las débiles estructuras económicas, propias de los países endeudados, para los cuales aventura una solución: no deberían endeudarse en primera instancia. Sin mencionar, en ningún momento, que las naciones endeudadas son muchas (potencias incluso), pero no todas pueden costear su crisis.
En esta empresa de complacer a todo lector que si quiera se acerque a esta nota, el periodista alemán Thomas Fischermann ha escrito una artículo desinformativo plagado de falsas direcciones, cumpliendo su fín último: conducir al lector crítico hacia pantanos de falacias y argumentos sin sentido.
En el artículo del diario Zeit, jamás se nombra la crisis de soberanía que sufren los países endeudados, o la génesis fraudulenta de estas deudas. Se parte de la base (a priori) de que los países se endeudan, porque sus economías están flojas (cuando la premisa podría ser: estas economías son débiles, porque pasan décadas y décadas endeudadas). Y tampoco se tiene en cuenta, por suspuesto, el aspecto jurídico, no menor, ya que en caso de Argentina, esta disputa de soberanía (porque es eso lo que se dirimen las partes) pretende resolverse por medio de un gris juez de distrito de Nueva York (EEUU), totalmente ideologizado y alejado de los criterios de razonabilidad que siempre caracterizaron los fallos del sistema del "common law".“ (cito, según mi asesor jurídico personal).
Gombrowicz nos cuenta sobre Sartre, y dice: „La mirada del otro es contraria a nuestra libertad, nos define. Pero solamente al reconocer la libertad del otro me libero de su mirada“. Para cada escritor francés, debería haber un escritor polaco que lo interpretace. Esta frase sintetiza la profundidad sartriana y la terrenalidad gombrowicziana (gombrowicziana, que palabra fea).
Cuando el diario Zeit publica esta nota, avala el proceso de desinformación, y juega a favor de los capitales feroces que pretenden vivir en una burbuja de especulaciones, sin reparar (si quiera pensar) en los problemas de la realidad, esos que azotan a las naciones endeudadas, a sus pueblos.
Esta claro que “la mirada del otro es contraria a nuestra libertad”, ya que pretende definirnos. Y es cierto que sólo reconociendo la libertad del otro (es decir su decisión de definirnos), podemos liberarnos de su mirada. En este texto reconozco la mirada ajena, y, en tanto la reconozco, entiendo cómo es que pretende este diario alemán definirme como argentino: deudor, incapaz, inmutable, y, ¿peligroso?
Esta bien. “No se preocupe Pettoruti” (podrían decirme), “que, si bien este periodista publicado en este diario piensan esto sobre nosotros y sobre nuestro conflicto, más importante es lo que uno decida, lo que el estado argentino logre o no logre en este caso, luego, los de afuera son de palo.” No me convence, me quedo con las palabras de Sartre habladas por Gombrowicz, leídas por mi.

Este oleaje desinformativo es sólo (y nada más ni menos, a su vez) una de las tantas miradas de los otros de las cuales sabremos liberarnos y citar, cuando sin remedio alguno contra la peste de la realidad, el diario Zeit publique y titule nuevamente: “Las lecciones para el mundo”, refiriéndose a un país soberano que logró lo que luego otros habrán de prolongar, enfrentarse al sin sentido y hacer valer su soberanía, que no es, ni más ni menos, que la salud y bienestar de su pueblo.

2 comentarios:

  1. que bueno que hay otros medios para informarse

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  2. Como es posible que Fischermann no escriba esto si en la propia Argentina la gran mayoría de medios (y sobretodo los 2 principales conglomerados de tv, radio, internet y demas) se esmeran día tras día en desinformar a la misma población que es víctima de semejante atropello. Digo, que leyendo a los medios argentinos sobre el tema, Fische es un poroto.

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